A pesar de que la enfermedad avance, no te detengas.
Aun después de ese desengaño amoroso o luego de esa amarga
decepción, vuélvete a incorporar.
No permitas que el rival te subestime y se quede con tu título.
Una última brazada puede hacer la diferencia entre la derrota y el oro.
Puedes levantar el puño del campeón al cielo y tomar una decisión”.
Fragmento del Libro:
“El Código del Campeón”
De Dante Gebel
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